El hospital asegura que el pequeño nació muerto, pero la familia lo desmintió y ahora exige una respuesta de las autoridades.
La brasileña María Viera Alcilne Amoin, de 22 años, acudió al Hospital de Santa Isabel para dar a luz a su cuarto hijo, sin embargo, la labor de parto se complicó demasiado porque el bebé pesaba 7 kilogramos y se quiso traer al mundo de forma natural.Tras varias horas de esfuerzo y hacer hasta lo imposible para que el pequeñín abandonara el vientre materno, uno de los médicos decidió tomar la batuta y realizó una maniobra que resultaría fatal, ya que los hombros del bebé se atoraron en el canal del parto, lo que provocó que su cabeza se separara del cuerpo.
“A pesar de que la cabeza ya había pasado a través de la vagina de la madre, el cuerpo del niño no podía salir por su pelvis. Hemos intentado varios procedimientos quirúrgicos", se puede leer en la página de Internet de la clínica.
A pesar de lo macabra de la escena, Joao Maria, director de hospital, aseguró que el bebé estaba muerto antes del incidente, información que fue desmentida por la familia afectada, al asegurar que el corazón del bebé latía cuando llegaron a la clínica.
“Esto demuestra que el bebé estaba vivo y no muerto como los doctores están diciendo”, señalaron los familiares.
Posteriormente María Viera fue trasladada de urgencia al quirófano donde se realizó una cesárea de emergencia para retirar el cuerpo del niño de su pelvis.
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