Mario Iván Martínez,es ¡padrino de siete chicos!

Está al pendiente de su educación

 "Entre más doy, más trascendente es mi tránsito por la tierra", dice
 Si por algo es conocido Mario Iván Martínez es por el talento que ha demostrado en más de treinta años de carrera artística, lo mismo en televisión que en cine o teatro, como cuentacuentos o intérprete de música virreinal.
 Por vez primera el actor abrió las puertas de su intimidad y nos dejó ver una hermosa faceta: la de benefactor, es padrino de siete niños y jóvenes de cuya formación y educación está al pendiente.

"TIENEN UN COMPROMISO CONMIGO"
 Mario Iván, regresarás al teatro con 'La Madriguera' en agosto...
 "Sí. Sólo estaré durante ese mes, porque ya tengo otros compromisos. Afortunadamente me echa la mano Quique, mi ahijado, quien me asiste en los espectáculos infantiles".
 Así que tienes un ahijado que colabora contigo...
 "Son siete. Enrique es el mayor, tiene 21 años, y el más chico tiene tres. También está Marcela, que tiene un hijo y de quien también soy padrino; su hermana, una sobrina mía y la hija de un amigo".
 ¿Son chicos de recursos económicos limitados?
 "Algunos. Por ejemplo, Fátima, que tiene 12 años, es hija de un amigo y vive bien; otra es mi sobrina, hija de mi hermana, y no necesita gran cosa. De las dos niñas de Oaxaca prácticamente he sido su papá y he estado al pendiente de su educación; para mí no hay mayor satisfacción que dar porque, entre más doy, más trascendente
 es mi tránsito por esta tierra".
 ¿Con qué ahijado es más cercana la relación?
 "Con Enrique. Lo conocí cuando tenía tres años. Es hijo de una señora que llegó a trabajar conmigo en 1994. Ahora está becado en Londres estudiando Relaciones Internacionales; ¡hasta tuvo suerte porque le tocarán los Juegos Olímpicos! También vivió en Canadá".
 ¿Eres estricto con ellos?
 "No. Para poner reglas están sus papás. Yo soy padrino, pero no de dientes para afuera. Me preocupo por ellos y los procuro, y a su vez ellos tienen compromisos conmigo, como Quique, que sabe que permanentemente tiene que estar leyendo un libro en español y otro en inglés".
 Se ve que tu consentido es Enrique...
 "Para nada. Todos tienen un lugar especial y único. Lo que pasa es que es un chico muy bueno; pasó su adolescencia en un rato. De pronto se va con sus amigos y llega hora y media antes para asistirme en las funciones o en mi oficina... Hay una reciprocidad muy bonita".
 ¿Qué sensación te provoca mejorar la expectativa de vida de estos chicos?
 "Una gran felicidad porque, en un país como el nuestro, los jóvenes tienen pocas oportunidades de desarrollo".