“Unas horas antes de llegar, él me habló y me dijo: ‘hola, m'ija, ¿cómo está?’ Al oírlo, empecé a llorar, feliz de escucharlo”.
El otro lado de la moneda del secuestro de Marco Antonio Flores lo vivió Chelo, de 35 años, su esposa desde hace 15 y con quien procreó a tres hermosos niños. Esto es lo que ella nos dijo:-Señora, ¿cómo supo del secuestro?
“Le marqué todo el día, pero no respondió y presentí algo malo. Su secretaria vio que no podía callar más y me lo dijo un día después”.
-¿Y usted qué hizo?
“Me puse a rezar por él, pensando siempre en el día en que regresara con nosotros”.
-¿Cómo les dio la noticia a sus hijos?
“No les dije nada, sólo sabían que su papá andaba de viaje, trabajando, pero pasando una semana le comenté al mayor y luego al mediano. Al más pequeño se lo ocultamos. Se pusieron muy tristes, querían saber cómo había pasado y les daba mucho miedo pensar que le hicieran algo a su papi”.
-¿Qué sintió al recibir la primera llamada de Marco cuando estaba secuestrado?
“Nunca hablé con él, la secretaria de Marco era la que tomaba las llamadas y hablaba con ellos; siempre se hizo pasar por mí. Nos recomendaron que no fuera alguien cercano para no involucrar sentimientos. Yo me habría puesto mal si oía que lo golpeaban”.
-¿Cómo pasó ese mes junto con sus hijos?
“Eran unos días muy lentos y larguísimos. Cada noche me entraba la angustia de que era un día más y Marco no regresaba. Empecé a dormir muy tarde, no tenía sueño, pero me ponía a rezar. Lloraba a cada rato, tratando de que no me vieran mis hijos. Al no saber de Marco me derrumbaba”.
-¿Llegó a pensar que podía estar muerto?
“Sí, pero enseguida lo sacaba de mi mente”.
-¿En esos días soñó con Marco?
“Como tres o cuatro veces. Soñaba que venía y me abrazaba muy fuerte; en otra ocasión soñé que yo estaba en peligro y Marco llegaba a rescatarme. No perdía la esperanza de que iba a regresar”.
-¿Qué pasó el día en que fue liberado?
“Iba a dar la 1 de la mañana y llegó una alerta a mi radio de la secretaria de Marco, me espanté. Estaba asustada porque en la radio ya me lo habían matado cinco veces. Esta señorita me dijo que me tranquilizara, que Marco ya se encontraba con ella en Zacatecas y que iban en camino”.
-Y usted feliz...
“Unas horas antes de llegar, él me habló y me dijo: ‘hola, m'ija, ¿cómo está?’ Al oírlo, empecé a llorar, feliz de escucharlo”.
-¿Qué hizo al verlo frente a usted?
“Lo abracé y no me cansé de besarlo. Sentí mucha alegría y a la vez un gran dolor de verlo tan delgado y demacrado. Bajó 17 kilos del estrés y de lo poco que comía, se enfermó y lo tuvimos internado una semana, para que con suero y medicina lo aliviaran. Marco tenía una fuerte infección en el estómago, porque el agua que le daban a beber era de un riachuelo y estaba turbia”.
-¿Cómo ve la vida después de todo esto?
“Nos ha cambiado. Marco me platica que lo que lo sostenía vivo era mi imagen y la de sus tres hijos. La familia es su prioridad y quiere preparar a sus niños para que sepan enfrentarse a la vida”, finalizó.
Una Exclusiva de TVNOTAS
Que EscenaTV trae para ti
0 Comentarios