Phil Inkley vive en un lugar lejano de Nueva Hampshire, en donde no está expuesto a los peligros de toda ciudad.
Phil Inkley, de 36 años y técnico en computación, se vio obligado a refugiarse en un lugar lejano de toda civilización, al argumentar que la tecnología le provocaba reacciones alérgicas, ya que padece Hipersensibilidad Electromagnética."Le hacía daño la radiación del Wi-Fi, los teléfonos, los celulares, los hornos de microondas, las computadoras, las televisiones y las baterias", publicó la prensa, a la vez de señalar que Phil llegó a experimentar sangrado por la nariz, desmayos, trastornos del sueño, así como intensos dolores de cabeza.
Fue por lo anterior que se vio forzado a dejar a un lado su vida social, su trabajo y su dinero y decidió refugiarse en una caravana en medio del bosque, en donde asegura logró estar alejado de todos los elementos que llegaron a poner en riesgo su salud.
"Estaba tan enfermo que creo que la decisión de vivir en el bosque me salvó la vida. Ahora ya puedo dormir un poco y controlar el dolor insoportable", señaló Phil, quien se dijo triste por la realidad que está obligado a vivir.
"No puedo visitar o llamar a mis amigos, no puedo ir a bares porque la gente tiene celulares, o quizá en el lugar haya televisiones o conexión a Internet. No puedo tener vecinos o vivir en una zona residencial", concluyó Phil, quien tampoco puede ser revisado a fondo por los doctores, debido a su alergia.
"Pudiera llegar a tener un tumor o una hemorragia y los doctores me han recomendado realizarme una radiografía del cerebro, pero sentiría muchísimo dolor en el proceso", concluyó Phil, quien radica en un lugar lejano de Nueva Hampshire.
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