Sabemos que Simpson podría entrar en labor de parto en cualquier momento, pero fue ella misma quien aclaró esto a través de su Twitter: "Para aquellos que me siguen felicitando por el nacimiento de mi bebita, aún estoy embarazada!!! No crean lo que lean damas y caballeros", escribió la rubia.
Lo que más llama la atención del embarazo de Jessica es su desmedido aumento de peso, ya que a mediados de marzo se confirmó que había subido 23 kilos, pero cuando apareció la semana pasada en la boda de una amiga, dejó claro que su cuerpo sigue creciendo.
Se especula que Simpson ya habría rebasado los 25 kilos de sobrepeso: "Jessica se veía espectacular. Se movía muy lentamente y Eric (Johnson) la sostenía con fuerza para que no se tropezara en sus zapatos", reveló un testigo de la ceremonia, y agregó que a la actriz le era difícil moverse.
Por ahora, Jessica ha sido blanco de críticas por poner en riesgo su salud y la de su bebé, pues ella no se ha privado de nada y ha confesado que desayuna macarrones con queso, siente debilidad por los sándwich de mantequilla de maní, come melón con sal a toda hora y se ha vuelto adicta al menú Tex Mex.
Sin embargo, parece que a ella no le angustian sus kilos de más y está segura de que después recuperará su antigua y envidiable figura: "Tuve un gran embarazo. Comer y no tener que preocuparme mucho por ello ha sido divertido. Pero estoy lista para que se termine. ¡Estoy lista para tener mi cuerpo de nuevo!", dijo la rubia, tal vez confiada en el jugoso contrato que firmó con una empresa de pérdida de peso.
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