Un testimonio personal -y honesto- de lo que el gimnasio Curves puede lograr en el cuerpo de prácticamente cualquier mujer
Todas las mujeres amamos tener un cuerpo saludable, fuerte y estético... pero ¿cuántas de nosotras verdaderamente disfrutamos sudar la gota gorda, seguir corriendo cuando lo único que queremos es no vomitar de cansancio, cargar pesas por horas y hacer ochocientos abdominales? En Curves encontré el ejercicio ideal: resultados rápidos con muy poco tiempo de actividad física.
En qué consiste y por qué es diferente
El concepto de gimnasio que Curves ofrece está basado en una rutina establecida que alterna movimientos en doce aparatos de resistencia hidráulica ?no usan pesas como el resto- con movimientos aeróbicos. Los circuitos están guiados por una instructora que te explica cómo usar cada aparato y qué actividad aérobica realizar entre aparato y aparato.
¿Lo increíble? Sólo estás treinta segundos en cada aparato, y aunque suena prácticamente imposible, este tiempo es suficiente para fortalecer y tonificar. Aproximadamente debes realizar 25 repeticiones en cada aparato, y realizar dos "circuitos" completos, es decir, la rutina total dura sólo media hora. Es difícil creerlo, pero esta media hora me ha resultado más efectiva que una hora entera de kick-boxing o cardio normal. Para obtener resultados, Curves te pide que asistas tres veces por semana (¡1:30 de ejercicio a la semana, en total!).
Como cualquier otra actividad física, la rutina de Curves funciona para adelgazar si se combina con una dieta balanceada, pero sobre todo, en tan sólo dos o tres semanas de asistir a este gimnasio, tu cintura se acentúa muchísimo, tu pecho, piernas, abdomen y brazos se tonifican notablemente, y si asistes a las clases de Zumba dos veces por semana, tu condición física mejora también.
Mi experiencia
Yo entré al Reto Curves buscando lo opuesto a la mayoría de las mujeres: subir de peso y aumentar medidas. Desde pequeña he tenido problemas para lograrlo y al platicar con las organizadoras del reto me aseguraron que lograría mi objetivo durante el mes y medio que el programa duraba.
Iba cuatro veces por semana al gimnasio, tomando una o dos veces por semana la clase de Zumba-Curves, y antes de cumplir un mes de asistencia, mi cintura estaba muy marcada, había aumentado centímetros de pecho, cadera y piernas, además de subir un kilo 100 gramos. Mi instructora había personalizado la rutina normal para mí, y los resultados eran obvios. Estaba muy, muy contenta.
Cuando el reto terminó, yo había subido casi dos kilos y aumentado más de cinco centímetros en la mayoría de mis medidas (excepto mi cintura, que se redujo a la increíble medida de 60 centímetros). Lo que más disfruté del reto fueron las clases de Zumba, que además de tonificar los músculos, me dieron la condición física necesaria para correr una carrera de 10 kilómetros sin entrenamiento extra más que los circuitos de Curves.

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