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Jenni Rivera: 'Yo no quería ser una cantante'

Ilusión de papá: que su niña llegara a ser artista.

 Será una de las coaches de La Voz... México.
 Jenni Rivera ¡es un mujerón!, un ejemplo de que ante los obstáculos que le ha presentado la vida, crece y da batalla sin tregua. Janney Dolores Rivera Saavedra nació en Long Beach, California, el 2 de julio de 1969. Es una cantante, compositora, actriz, empresaria y productora mexicanoestadounidense.

"ME QUEMABAN MIS MUÑECAS"

Su mamá, Rosa Amelia Saavedra, originaria de Sonora, y su papá, el cantante y productor Pedro Rivera, nacido en Jalisco, cruzaron la frontera en busca de una mejor calidad de vida, cuando Rosita estaba embarazada de Jenni.
 La intérprete es la tercera de seis hijos, fue la única niña de la familia hasta los 12 años, al nacimiento de su hermana Rosy. Su papá don Pedro, le exigía a sus hijos que la protegieran, respetaran y quisieran.
 La misma Jenni recuerda de su infancia: "Fui una niña tímida y reservada; al pasar los años, mis cuatro hermanos me enseñaron a ser atrevida, más fuerte y extrovertida. Tenía que defenderme, incluso de ellos, porque me quemaban mis muñecas, rompían mis trastecitos y escondían mis juguetes.
 "Querían que practicara futbol y béisbol, que montara en bicicleta y en 'patín del diablo', deseaban que jugara con ellos. Los mayores, Pedro y Gustavo, me cuidaban y regañaban, los más latosos eran Lupillo y Juan.
 "Fui muy aplicada, de ¡puros dieces! Era el orgullo de mis papás".

"RESPONSABILIDAD DE TODOS"

"No fui una niña melindrosa; me encantaban el mole, las enchiladas y el caldo de res. Mi mamá era muy buena para cocinar, si ella hacía hígado con verduras, yo me lo comía; nunca le di problemas.
 "Tuvimos muchos perros; recuerdo a 'Colorado', un cocker spaniel; uno de nombre 'El Compadre' y otro se llamaba 'El Huevo'; ¡imagínate los nombres que les ponía mi papá! Los animalitos eran responsabilidad de todos, darles de comer, pasearlos y bañarlos".

"VESTIDOS DE SEGUNDA, PARA MÍ ¡ERAN NUEVOS!"

"Mi mamá no me hacía mis vestidos, vivíamos económicamente limitados. Mis papás ahorraban dinerito y luego íbamos a las tiendas de segunda mano; para mí, esa ropa ¡era nueva! Si me quedaban grandes, ella los adaptaba a mi cuerpo, porque mi abuelita fue costurera y le enseñó lo que sabía".

"¡ERAN UNOS DESGRACIADOS!"

Para mi papá, yo era la reina de la casa y de Long Beach. Éramos la típica familia mexicana que se cuida y apoya. En mi adolescencia, mis hermanos me espantaban a los novios, ¡eran bien desgraciados! (se carcajea).

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